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DECÁLOGO DEL PERIODISTA

Por: Camilo José Cela 

 

  • Decir lo que acontece, no lo que quisiera que aconteciese o lo que se imagina que aconteció.

  • Decir la verdad anteponiéndola a cualquier otra consideración y recordando siempre que la mentira no es noticia y aunque por tal fuere tomada, no es rentable.

  • Callar antes que deformar; el periodista no es ni el carnaval, ni la cámara de los horrores, ni el museo de figuras de cera.

  • Ser independiente en su criterio y no entrar en el juego político inmediato.

  • Aspirar al entendimiento intelectual y no al presentimiento visceral de los sucesos y las situaciones.

 

 

 

 

 

 

  •  Resistir toda clase de presiones: morales, sociales, religiosas, políticas, familiares, económicas, sindicales entre otras, incluidas las de la propia empresa.

  • Recordar en todo momento que el periodista no es el eje de nada sino el eco de todo.

  • Conservar el más firme y honesto orgullo profesional a todo trance y manteniendo siempre los debidos respetos, no inclinarse ante nadie.

  • No ensayar la delación, ni dar pábulo a la murmuración, ni ejercitar jamás la adulación: al delator se le paga  con desprecio, y con la calderilla del fondo de reptiles; al murmurador se le acaba cayendo la lengua, y al adulador se le premia con cicatera y despectiva palmadita en la espalda.

© Quo Vadis, creado como apoyo incentivo institucional para el programa de licenciatura; sin fines de lucro en el Invierno de 2014. Novus ordo seclorum.

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